¿Qué no se puede dejar de ver en Viena?
Al visitar Viena descubrirás monumentos espectaculares como la Ópera Estatal de Viena o el Palacio de Schönbrunn, pero, ¿y si te decimos que en los jardines del palacio verás el Palmenhaus, un invernadero de los más importantes del mundo, una estructura colosal y a la vez sosegada por las líneas curvas características del jugendstil? ¿Qué tal si descubres un reloj donde estatuas de personajes históricos desfilan para anunciar el paso de cada hora?
El movimiento secesionista se plantea como una ruptura con la tradición y el historicismo imperantes en la Viena del momento, de finales del siglo XIX. Artistas como Gustav Klimt, Egon Schiele u Otto Wagner crean una ciudad diferente, distendida, que busca integrar lo urbano y lo natural. Esta guía rinde homenaje a esa hambre de transformación que nos ha dejado una de las ciudades más bellas del mundo.
1. Museo Leopold
Uno de los templos del arte jugendstil. Es una de las atracciones más populares del Museumsquartier, o ‘Barrio de los museos’, donde por cierto, en sus alrededores encontrarás excelentes opciones de alojamiento en Viena. Por un lado y a simple vista, por su impresionante arquitectura, en forma de un gran cubo blanco de cinco plantas. Luego y al cruzar las puertas, verás una nutrida exposición de los nombres más emblemáticos del modernismo en Viena, desde piezas de Gustav Klimt hasta la mayor colección de Egon Schiele que existe en el mundo. El Museo Leopold alberga la exposición permanente ‘Viena en 1900. La irrupción del modernismo’ donde destaca el cambio que esta corriente significó en el arte austriaco: expone pinturas, fotografías, ilustraciones y trabajos en cuero, cerámica, vidrio o metal, ¡hasta muebles y piezas de interiorismo!
2. Pabellón de la Secesión
Concebido para albergar exposiciones modernistas, es una de las obras más representativas de la arquitectura jugendstil. Contrasta con la Viena palaciega que lo rodea, aunque eso es precisamente lo que le da su encanto, eso y su enorme cúpula decorada con flores doradas junto a los motivos naturales, muy propios del movimiento, que acicalan el resto de la fachada. Dentro está el friso de Beethoven, la obra más destacada de este espacio, un mural de 34 metros diseñado para acompañar una estatua del mismo músico construida por Max Klinger y otras exposiciones de arte contemporáneo. La entrada tiene un precio de 9,50 euros y 6,00 para estudiantes y mayores de 65 años. Ya que estás: date una vuelta por la increíble Karlsplatz cuando visites el pabellón, ambos edificios están separados por seis minutos de caminata.
3. Museo de Historia del Arte
Aunque no está dedicado al art nouveau per sé, es de los primeros museos de bellas artes del mundo y uno de los mejores museos de Europa. Se encuentra en la Plaza de María Teresa, que une la Ringstrasse y la Museumsquartier. El museo alberga la colección de los Habsburgo: desde pinturas de Velázquez, Rubens o el Bosco hasta piezas de numismática y momias del Antiguo Egipto. Pero no solo es el contenido lo importante, la fachada y las salas están decoradas de manera exquisita, por lo que en esta visita no puede escapársete ni un detalle, mucho menos las escaleras, que desde la apertura del museo lucen pinturas de los hermanos Klimt. La entrada tiene un precio de 16 euros y de 11 para estudiantes y mayores de 65 años.
4. Estación de Karlsplatz
Una de las piezas más personales de Otto Wagner, arquitecto destacado de la Secesión. Wagner diseñó estaciones de metro por toda Viena y esta pertenece a la época de cuando fue nombrado Consejero Superior para la Construcción de Viena. El pabellón es un excelente ejemplo urbanístico del arte de la jugendstil y destaca por sus elementos decorativos con complejos motivos florales dorados y por el techo curvo. Hoy es una sala de exposiciones sobre la vida del arquitecto. Si tu viaje es de un fin de semana pasarás por aquí sin duda, así que no pierdas la oportunidad, detente a admirar la estación de Karlsplatz y descubre Viena en dos días.
5. Iglesia de San Leopoldo en Steinhof
También diseñada por Otto Wagner, está catalogada como una de las iglesias modernistas más importantes del mundo. Su diseño es alucinante: cuenta con placas de mármol blanco que recubren la fachada, detalles dorados que parecen llover sobre la cúpula dándole un aire al arte bizantino y con dos grandes estatuas a los lados que representan a San Leopoldo y San Severino. Los interiores también destacan por los tachones dorados en las placas de mármol que decoran la iglesia. ¿Lo más curioso? ¡Esta iglesia es parte de un hospital psiquiátrico! Está llena de detalles adaptados al uso, base de la arquitectura modernista, como entradas para pacientes hombres y mujeres (segregados así en el hospital), confesionarios más abiertos que de costumbre y salidas de emergencia en los laterales. Se encuentra a las afueras de Viena, en el distrito de Penzing.
6. Palmenhaus
Cuando visites el Palacio de Schönbrunn, descubrirás en sus jardines este enorme invernadero, que alberga una de las mayores colecciones de botánica en el mundo. Pero no solo eso, pues el edificio también es digno de admirar, lleno de líneas curvas que le dan un toque de amabilidad y calma a su tamaño descomunal. Este edificio, inaugurado en 1882, está hecho de 120 toneladas de hierro fundido, 600 de hierro forjado y 45000 tejas de cristal, una obra colosal y, a la vez, hogar de más de 4500 plantas en pausa a la espera del sol de primavera. Ah, y no te pierdas la hermosa cafetería dentro de la Palmenhaus. Conoce este y otros espacios imprescindibles de la ciudad con este tour por Viena y el Palacio Schönbrunn.
7. Majolikahaus
En el número 40 de la calle Linke Wienzeile verás un edificio que destaca entre los que lo rodean, hablamos de la Majolikahaus, un edificio de pisos de alquiler diseñado por Otto Wagner en 1898. ¿Por qué destaca? Pues su fachada está hecha de mayólica (de ahí el nombre del edificio) decorada con motivos florales que, al principio discretos, se convierten en una gran enredadera hacia los últimos pisos de esta construcción; no es un lienzo, pero esta decoración es una forma muy dinámica de apreciar el estilo de la pintura art nouveau. Y ojo, Wagner siempre pensando en el rendimiento de sus edificios, por ser una fachada cubierta de cerámica, es muy resistente y fácil de limpiar. Otra cosa muy importante sobre este edificio, ¡está muy cerca del Café Savoy, uno de los mejores cafés en Viena!
8. Cementerio Central
Una parada que puede parecer curiosa, pero no tanto, pues el Cementerio Central de Viena, en el barrio de Simmering, es un lugar de interés en toda regla para quien visita Viena. Primero, lo que nos ocupa, por la puerta principal se llega a la Iglesia del Dr Karl Lueger, obra muy representativa de la arquitectura jugendstil. Pero es un crimen quedarse ahí pues este cementerio es más que un camposanto. Verás zonas diferentes para cada culto: hay un área católica, otra judía y otra budista. Están enterradas personalidades de la música como Beethoven, Brahms o Schubert, así como diferentes políticos austriacos. Descubrirás, además de su abundante vegetación y los animales (corzos, cernícalos, hámster o ardillas) que la habitan, esculturas y mausoleos impresionantes que hacen de este espacio un deleite para los sentidos y los amantes del arte. No sorprende que los vieneses usen el cementerio para tomar sol, relajarse e incluso andar en bici.
9. Reloj Anker
Un monumento ubicado en la Hoher Markt, la plaza más antigua de Viena. Este reloj tiene cuatro metros de diámetro y decora un puente que une dos edificios de oficinas de la Anker, una compañía de seguros que encargó la construcción del reloj al pintor y escultor de la jugendstil, Franz Matsch. Se inauguró en 1914, pero ¿qué tiene de especial este reloj? Es una construcción verdaderamente espectacular, primero por su extravagante decoración al estilo art nouveau y luego, por su peculiar manera de dar la hora: personajes históricos como Marco Aurelio, Carlomagno o María Teresa I se asoman para anunciar cada 60 minutos y luego, cada vez que el reloj marca las 12, se acercan todos los personajes a saludar en un espectáculo de unos 10 minutos donde se escucha música tradicional vienesa, ¡la misma que sonó en su inauguración! Ya que estás, visita la Catedral de San Esteban, a cuatro minutos andando del reloj.
10. Otto Wagner Haus
En la calle de Köstlergasse, aunque ocupando un poco de la Linke Wienzeile, hay un edificio en esquina obra de Otto Wagner. Este, junto a la Majolikahaus conforman un breve pero encantador paisaje urbano, una muestra del art nouveau invadiendo y reconfigurando las calles y el urbanismo de Viena a finales del siglo XX. Es un edificio blanco decorado por medallones dorados que generan, junto a Majolikahaus, un conjunto simétrico y armonioso que conecta a Linke Wienzeile con Köstlergasse. Es con estas construcciones que Wagner alcanza su madurez como arquitecto y se pasa de lleno al movimiento secesionista.
Viena es señorial y diversa, antiquísimos palacios que conviven en las calles de la ciudad con las rompedoras propuestas de la escuela del jugendstil, un espectáculo imperdible y que te dejará con ganas de más, así que, por si acaso, te dejamos una lista de arte en Wien, museos que hay que ver. Auf Wiedersehen! Oh, y para que no dejes de compartir tu viaje en tus redes, te recomendamos un comparador de telefonía para que aproveches las mejores tarifas cuando estés en destinos internacionales.
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