Bolonia es una ciudad de Italia de la región Emilia-Romaña, en el norte del país, cerca de los Apeninos. Es una de las ciudades históricas mejor conservadas y tiene el segundo casco antiguo medieval más grande de Europa, después del de Venecia.
La tradición culinaria de Bolonia es famosa en el mundo entero gracias a las especialidades de los mejores restaurantes de Bolonia. Estas recetas tradicionales transmitidas de generación en generación y la calidad de los productos para comer en Bolonia, son su seña de identidad. Es una buena excusa para realizar turismo gastronómico en una escapada aprovechando alguno de los vuelos baratos a Bolonia, para cenar en Bolonia, recorrer y disfrutar de este rincón de Italia.
Entre las especialidades más conocidas encontramos la inconfundible mortadella, pero también en Bolonia nacieron o tomaron personalidad otros platos italianos como los tagliatelle, la lasaña vegetal, el ragú, los tortellini, la cotoletta o el friggione ente muchos otros.
Hacia Bolonia viajan cada año muchos amantes de la buena mesa para tomar clases de cocina boloñesa tanto por las pastas, los platos de cuchara o los deliciosos postres de la región. Hay muchos restaurantes en Bolonia que también tiene escuela que se dedican a descubrir los secretos de las recetas típicas y que bien valen un paseo por la hermosa ciudad. Además es posible, aunque no lo normal, comer barato en Bolonia.
Según usuarios de minube algunos de los mejores sitios para comer en Bolonia son “restaurante Diana”, “”mariposa” o “La bella Napoli” entre otros. Según gente que ha visitado la ciudad son buenos lugares donde comer o cenar en Bolonia.
Algunos platos típicos que te encontrarás en los sitios para cenar en Bolonia son la “Cotoletta a la boloñesa”: se trata de una pieza de carne de ternera (suele ser una pequeña chuleta), bañada en huevo batido y queso parmesano, el “friggione”, que es un plato de cuchara. Se realiza sofriendo cebollas, calabacines, tomates, patatas previamente fritas, romero, sal, pimienta, un poco de vino blanco y una cucharada de harina. Más tarde se agrega carne molida y se cuece a fuego lento hasta lograr el punto.
Y no os olvidéis que muy cerca de Bolonia se encuentra el Museo del Helado y ya sabemos lo bien que sienta acompañar una visita con un riquísimo gelatto.