Cuando las tierras zamoranas de Toro se...
Cuando las tierras zamoranas de Toro se convierten en la dehesa salmantina y parece que no encontrarás nada más que pastizales, descubres, por una pista maltrecha, el Castillo de Buen Amor. Esta fortaleza gótica del siglo XV rodeada de campos vacíos con verdes manchas de encinas es como una alucinación. Es imposible sustraerse al clima que destila, la sensación es que uno ha retrocedido en el tiempo y se encuentra en un palacio de montería, donde señores e invitados disfrutarían de la buena vida.
Amueblado con una exquisitez y refinamiento que lo acercan más a un palacio que a una fortaleza, lleno de detalles –tapices, óleos, armaduras- dignos de un museo, el castillo cuenta con seis salones que se entrelazan por medio de un laberinto de bóvedas, pasadizos y escalinatas y dan a un fantástico patio renacentista.