Reyes Martínez Duque
Acababa de terminar los exámenes de ...
Acababa de terminar los exámenes de junio y era nuestro primer viaje del verano. Salimos de Madrid al mediodía y, después de cinco horas y pico de viaje, por fin llegamos a Acebedo. Nada más bajar del coche se respiraba otro aire, más fresco y puro que el aire contaminante de Madrid. También eran diferentes los olores y los colores. A nuestro alrededor, todo montañas y prados verdes. Por el camino se nos cruzaban las ovejas y a lo lejos se divisaban vacas pastando. Cuando llegamos estaba todo cerrado en el pueblo: La panadería y la tienda de Angelines. Por suerte, el bar estaba abierto y su dueño nos recibió encantado.
Durante la semana que estuvimos allí, estuvimos haciendo escapadas al monte con la guitarra y las sidras, al río, yendo de un sitio a otro con la bici, practicando piragüismo en el pantano de Riaño y un montón de cosas más. Acebedo es un pueblo pequeñito, pero con mucho encanto. Es un lugar en plena naturaleza, rodeado de montañas, ideal para descansar o para pasar tiempo al aire libre. Para irse de retiro espiritual o hacer deporte, no importa, una vez estés allí, te sentirás igual de bien.
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