Adega da Marina

Uno de los mejores y grandes restaurantes que descubrí en Lagos, de hecho fuimos dos o tres veces en mi estancia al Algarve, y he de decir que siempre estaba lleno de gente, especialmente ingleses porque eran los turistas más habituales en la zona.

El restaurante Adega de Marina se localiza en la avenida principal del paseo marítimo y muy cerca por tanto del centro histórico de la ciudad. Su principal atractivo además de la variedad de platos en carnes y pescados, es la rapidez con que te atienden a pesar de la mucha gente que va a comer o incluso cenar y qué decir de los precios?. Sin pedir postre no pasaba de 30 € la pareja.

Llegamos a éste local motivamos por los comentarios, la situación (cerca del mercado municipal y de S.Sebastiâo, y la animación que se veía desde el paseo marítimo. Mesa en la terraza para dos, consultamos la carta (cortita, con lo imprescindible) y pedimos un par de cañas de superbock y 1/2 ensalada mixta mientras esperábamos la ración de sardinas (7 uds.).
Hasta el momento todo bien -asumiendo que estás en un restaurante para turistas (sobre todo ingleses)-, disfrutando de las vistas y de la animación del paseo. Seguidamente consultamos cual era la carne más tierna y nos recomendaron una pieza de novillo, que pedimos poco hecha.

Tras tener que esperar media hora de cola para poder entrar, tuvimos que esperar otra media hora para que nos atendieran dentro, además de otra hora tras pedir para poder comer. La gente que había entrado después que nosotros estaban comiendo y nosotros aún esperando.

El bacalao (que suele ser salado) era incomible. Así como el otro pescado que nos pedimos.
El pan llegó cuando ya habíamos casi acabado de comer.

Y el español no lo entendían, hablando únicamente en portugués muy cerrado. Ni nos dieron la opción de comunicarnos en inglés.

No volveré a ir a este sitio

Llegamos al restaurante por casualidad. No tenía muy buena pinta porque es el típico restaurante para guiris y pensamos que nos iban a dar comida de batalla.
La sorpresa fue que todo lo que pedimos estaba muy bueno y fue muy barato.
Comimos ensalada (normalita pero baratísima), pollo (a la parrilla, bueno), lubina (también a la parrilla, muy buena), bebidas y dos postres (caseros, tarta de almendras y mousse de chocolate, muy buenos).
Todo por menos de 30 euros.

Te sirven rapidísimo y los camareros son muy amables.