Con aroma a Azahares y un cielo azul
La presencia de restos arqueológicos en la cueva de Zafarraya, indicarían que los mismos serían del Período Paleolítico Medio. En el Neolítico se constata la presencia humana que han documentado los restos encontrados en cuevas cercanas al río y también en la de los Molinos entre otras. Estos hallazgos son restos de objetos cerámicos y ornamentales.
En la Edad Media la presencia humana se hace más fuerte y durante este período y la Edad de los Metales la actividad habría sido casi exclusivamente agropecuaria.
Durante la antigüedad se encontraron restos de poblaciones romanas, como en casi toda la península ibérica. Se tienen escasos datos del sistema de comunicaciones pero aún quedan rastros de un puente romano y parte de una antigua calzada. Respecto al puente hay opiniones dividas entre los expertos ya que algunos dicen que serían romanos y otros de origen árabe.
La Alhama medieval estaba asentada estratégicamente sobre la cima del tajo del río Alhama y la ciudad giraba en torno de la plaza de los Presos, en la que actualmente se encuentra la Iglesia Santa María de la Encarnación, que fuera edificada sobre los restos de la mezquita mayor, el mercado y otras reparticiones administrativas.
La defensa de la ciudad se realizaba por medio de una Alcazaba que se encontraba ubicada en los jardines del castillo y de torres vigías situadas en los alrededores de la ciudad. Después de la conquista cristiana, la invasión francesa y el terremoto de 1884, que destruyo prácticamente toda la ciudad, sus habitantes debieron encarar la tarea de reconstruirla.
Personalmente me pareció una ciudad preciosa, llena de encanto, con aroma a azahares, jazmines, flores de todo tipo y el perfume de las higueras que tanto le gustaban a Mariló. Los datos son de la Oficina de Turismo de Alhama de Granada


