Turismo Backpacker
Un viaje fantástico
Fuimos en furgoneta al sitio de entrenamiento de elefantes, que está justo al lado de la ciudad. Tuvimos algunas pautas básicas de cómo actuar con los animales y también sobre seguridad.
Poco después subimos a un elefante, con el conductor delante. Pasamos por una pequeña aldea con casas de paja y los niños vinieron a saludarnos con el tradicional saludo tailandés, el wai, el cual se hace juntando las palmas de las manos hacia delante e inclinando el tronco hacia el frente.
Más tarde, el elefante entró en el río, hasta que el agua le llegó a mitad del cuerpo, casi mojando nuestros pies. Anduvo durante unos minutos en el río y luego regresó a la tierra.
Caminamos un poco más y volvimos al punto de partida. Compramos algunos plátanos para dejar como propina, al elefante. También le dejamos una propina al conductor y por su gran sonrisa, creo que exageramos el valor.
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