Andrés Carne de Res

En Bogotá hay un restaurante muy famoso que vale mucho la pena conocer. En realidad está en Chía, en las afueras de Bogotá. La verdad es que vale la pena el lugar, porque además de que la comida es deliciosa, el sitio es digno de verse. Está tapizado con miles de ocurrencias de una mente juguetona y creativa. Por ejemplo, hay una pared tapizada con tapas de ollas aplanadas, y sobre ellas, un pequeño altar con el niño Jesús; o las mesas de la Madera con las patas cubiertas de corcholatas aplastadas (y recubiertas con un tipo silicona, porque no tenían piquitos que pudieran rasguñar), o el hecho de que cada mesa tenga su propio nombre (“el cielo”, “el infierno”, “el teatro”, etc), o mensajes con neones como “Cojines para los Nalgui-flojos”.

Un poco costoso, según la media, sin embargo vale absolutamente la pena. El servicio, la comida, la música, el ambiente, la rumba... todo!

Donde la fiesta y el buen ambiente es lo principal, hasta las 6 pm es restaurante, después es discoteca y suelen ir muchos extranjeros, ponen música cross over y los meseros son súper alegres y todos universitarios.

No vale la pena comer allá más que una picada tal vez. Recomiendo la fiesta en cualquiera de los dos Andrés pide un mojito o un tequila de la casa y bailaras mucho.