Arco de Bezudo

El arco de Bezudo, del siglo XVI, es una de las antiguas puertas que existían en la ciudad de Cuenca para entrar en la parte amurallada. Todavía se pueden ver los restos de la antigua muralla. Esta puerta de Bezudo está en la zona más alta de la ciudad y forma parte de la fortaleza del castillo junto a un trozo de un torreón y algunos restos de muralla. Todo esto está en la calle Trabuco, una de mis zonas favoritas de la ciudad y, sin duda, una de las más bonitas. A esta parte de la ciudad se llegaba antiguamente por medio de un puente sobre el foso.

Hay una curiosa leyenda sobre este sitio: cuando las huestes del rey Alfonso VIII asediaban la fortaleza, entonces ocupada por los árabes, no veían el modo de acceder a ella. Durante meses estuvieron al acecho y no había manera. Los víveres y la paciencia se estaban acabando entre las huestes cristianas.
Un pastor morisco, conocedor del hambre que estarían pasando sus correligionarios, salía cada día a pastar con su rebaño fuera de la ciudad cruzando justo esta puerta. El pastor salió como de costumbre y entregó varias ovejas para que aliviaran su situación de hambre. A uno de los capitanes se le ocurrió la idea que en otro tiempo tuviera Ulises para salir de la cueva del cíclope: ponerse encima las pieles de las ovejas para entrar en la ciudad. Así que el pastor regresó e introdujo como solía su rebaño cruzando la puerta. Los centinelas no se percataron del engaño. Por la noche, los intrusos redujeron a la guardia y abrieron las puertas al ejército, que conquistó de este modo la ciudad.