Marta Pilar
Desde que llegas a Besalú e intentas ...
Desde que llegas a Besalú e intentas tomar un trencito que nunca partió del parking, mientras vas recorriendo sus calles estrechas y empinadas, te vas interiorizando de la historia de lugar y aprendes, aunque seas un negado en historia, caminando sobre ella, porque es lo que haces: Caminar sobre la historia que penetra por todos tus poros y te trasciende. No sólo ves murallas y restos sino que encuentras casas de Artesanías de lo más diversas, cerámicas decoradas, gallos de jardín, flores secas, cestos y canastos de todas las medidas y colores, arreglos de pared, lagartos de hierro, juegos de té de cerámica, collares, relojes y arreglos para el pelo.
Los postigos de madera de otra de esas casas nos muestran en sucesión, reproducciones de famosos edificios en cerámica, bolsos y carteras de cuero, mariposas, remeras imitando las mallas de los cruzados, gansos y garzas de metal entre otras tantas mercancías.
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