Todo un artista creando con sus manos maravillas en lajas o piedras de sal”!!!!
Al llegar a los 4170 metros sobre el nivel del mar y luego de haber transitado la plateada y serpenteante cuesta del Lipan, nos encontramos con un artesano de callosas manos y piel muy curtida, dibujando y tallando sobre lajas y piedras de sal imágenes de casas, enormes cactus y manada de llamas que conduce un pastor por los cerros y las cuestas. El espectáculo es increíble y solitario en esa inmensidad, bordeando sus trabajos, sean estos redondos, cuadrados o rectangulares con guardas incaicas realmente perfectas como si hubiese estado usando compás, regla y escuadras y son tan sólo sus hábiles y curtidas manos las que las hacen. Algunos tienen extraños símbolos de antiguas culturas, otros enormes y altísimos edificios mientras los que curioseábamos por allí veíamos al señor hincado, con un gorro de lana negra que le tapaba hasta los ojos, dos camperas de abrigo azul y una de ellas con rojas solapas y debajo de todo eso un abrigado polar con cierre, así y todo, sus manos se deslizaban con rapidez sobre las lajas y las piedras.