Restaurante brasileño situado en uno de ...
Restaurante brasileño situado en uno de los lugares más bonitos de Galicia.
Las raciones eran enormes, tanto que pedimos sólo para 2 personas, también comieron los niños y acabamos con el estómago a rebosar. Encima no era nada caro, y la carne estaba para chuparse los dedos.
Tuvimos algún problemilla para entender al camarero, porque no hablaba nada de castellano. Pero nos echamos buenas risas.
Da gusto pasear por esta isla, llena de paseos, y pequeñas playas de arena o piedra. Eso sí ¡el agua estaba congelada! Y era agosto...