Un espectáculo encantador
Muchas veces la prisa por salir de un lugar para estar lo más rápido posible en otro nos hace perder las increíbles y asombrosas maravillas que la naturaleza nos brinda.
Por eso y porque no siempre disponemos de ese tiempo que nos tomamos prestado a la vida para disfrutar de la naturaleza nos convenció, debo decir que sin ningún esfuerzo, detenernos un tiempito y contemplar cómo es sol iba descendiendo desde el azul del cielo deslizándose tras las montañas en un increíble, casi imperceptible y acompasado ritmo hasta prácticamente desaparecer.
En medio de ello, las olas en calma, los jóvenes con sus barrenadores, los mayores y los escasos niños que allí había se iban acercando lenta y pausadamente hacia a orilla antes que el sol dejase de alumbrar por completo la playa y el mar.