La torre solitaria
He decidido llamar torre a este rincón, y no castillo, porque realmente de la fortificación que en su día fue, prácticamente nada queda, aparte de algún lienzo de muralla y un par de torretas de vigilancia.
Lo que sí que permanece, casi igual de imponente y fuerte que en sus primeros días es la torre, que junto a casi otras doscientas en mejor o peor estado de conservación, conforman el completo legado medieval del condado de Galway.
Estas torres-residencia eran lugares de poder y control sobre las tierras circundantes, de manera que el señor de estos territorios podía gobernarlos y recibir sus tributos con un ojo, mientras que con el otro vigilaba a sus muchos enemigos que, en continuas guerrillas territoriales, amenazaban continuamente su estabilidad señorial.