Sara W
Muy auténtico
Fuimos de noche hasta este restaurante por una carretera pequeña entre árboles y sin iluminación... hasta que llegamos al restaurante, por fuera muy auténtico... y por dentro también. Íbamos con un cliente habitual que por tanto conocía bien a los dueños y también los mejores entrantes... Probamos muchísimos platos diferentes y estaban TODOS deliciosos. De entrantes había un foie buenísimo, unos chicharrones, unos caracoles al horno, que sorprendieron a más de uno por lo sabrosos que estaban... y de segundos tomamos la mayoría caza, muy rica en esta zona y una carne de lo más tierna. Los tiempos...
Como dicen ellos, "tiempos húngaros", se toman las cosas con calma, aunque para disfrutar de una buena y copiosa comida, qué mejor que hacerlo relajadamente. Fuimos invitados y no puedo opinar sobre el precio, pero desde luego fue una cena ¡que no me importaría repetir! Aunque estábamos cansados y nos pareció muy largo el camino de ida... ¡mereció la pena! El trato por parte de los dueños (es un negocio familiar) muy agradable y personal.
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