El Bar de toda la vida
Al llegar a El Bosque, incluso antes de pasar por edificación alguna, existe un magnífico Hotel a mano izquierda del que pronto opinaré porque es una pasada en plena naturaleza. Junto a él nace un sendero, asfaltado con piedras, que lleva a uno de los puntos claves de la localidad. En primer lugar un Campamento Juvenil, junto a un río de escasa profundidad que aquí se llama Majaceite pero que en otros tramos recibe otros nombres, un sendero de unos 4 km junto a dicho río hata llegar a Benamahoma y una piscifactoría de agua dulce donde se crían las mejores truchas que nunca haya probado.
¡Ah!, y una pequeña venta con una estupenda terraza y que presume de servir los productos de mejor calidad posible. La conozco desde hace varias décadas porque solía llevar en verano autobuses de escolares al campamento juvenil y porque, en ocasiones, recorría el sendero, siempre muy concurrido, en un bosque galería de sauces y restos de antiguos molinos y fábricas de textiles. Posiblemente sea el mejor sendero de la provincia de Cádiz.
Y, casi siempre, acababa sentado en la terraza del Majaceite refrescando el calor y degustando algunas de sus especialidades. Incluso cuando iba simplemente a comprar truchas a la piscifactoría paraba en el Bar un rato por lo agradable del lugar.
Su plato estrella es la trucha. Fresca, fresquísima, les gasta dar dos pasos y las cogen vivas. Antes siempre la servían con unas lonchas de jamón serrano por encima, es lo más vistoso, pero los tiempos han cambiado, ahora te preguntan cómo quieres que te la cocinen. La trucha es una carne blanda y con poca consistencia como pescado que es, de ahí que, tras sacarle las tripas, conviene meter dentro algún elemento que les ofrezca dureza. A la navarra se sirve con guarnición vegetal pero la más sabrosa, para mí, es la que se pasa por la plancha con panceta porque las grasas se incorporan a la carne del pez y la hacen más sabrosa y resistente.
Otros entran en esta venta llamada Bar Majaceite en busca de carne de venado, como llamamos aquí a cualquier herbívoro que viva en libertad, ya sea corzo, gamo o ciervo. Es la carne, bien cocinada, mejor que existe aunque la de caza menor, abundante también en la zona tampoco le va a la zaga.
En resumen este Bar dispone de productos de primerísima calidad, aunque sus precios siempre han estado a la altura de esas expectativas. Si quieres probar calidad te lo recomiendo pero pregunta primero por sus tarifas. Y no es por exagerar, el sábado pasado dos ensaladas con una trucha y una bandeja de venado, postres y bebidas, 35 euros. Calidad sí, pero la pagas. Si te lo puedes permitir éste es tu sitio en El Bosque.
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