Tapas convincente y honesta
Un bar especializado en tapas en el que entré en una tarde fría y lluviosa de otoño y, lo creas o no, era uno de los pocos lugares abiertos donde se podía comer, así que me vi un poco obligado y no era particularmente atractivo. Sin embargo, es un lugar que está abierto hasta tarde y, además, en noches lluviosas en las que todos los locales ya han cerrado, para mí, merece un enorme reconocimiento.El recibimiento fue cálido y las tapas buenas y muy baratas (un euro). Salí del local con el estomago lleno, bien refrescado y con una sonrisa. Una dirección muy recomendable para aquellos con un presupuesto