Un remanso de paz
Puedes ir caminando por las calles de Nuremberg cerca de su casco histórico y pasar delante de este jardín sin darte cuenta de que está allí. Da a dos calles, una de ellas peatonal. La puerta que da a la otra parece solamente la entrada a una restaurante. Sin embargo un cartel en la puerta indica el nombre del lugar. Basta cruzar la entrada y tras la mesas y sillas se encuentra este tranquilo lugar en el que no se escucha ningún ruido del exterior. En este jardín solamente se escucha el sonido del agua de las pequeñas fuentes que hay en el centro de los parterres.
Los Jardines de las Hespérides se crearon en la Edad Media y estaban, tal como hoy, fuera de las murallas de la ciudad. Hubo un tiempo en el que en ellos se cultivaron cítricos. Por ello el nombre del lugar es de las hijas de Hesperia, quien en la mitología griega custodiaba las frutas.
