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Barrio Coppedè

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Piazza Mincio Dirección

9 opiniones sobre Barrio Coppedè

Modernismo y Art Déco en Roma

El barrio romano de Coppedè sorprende por sus bellos edificios, muchos de ellos sedes de embajadas. Aquí encontramos una mezcla de Modernismo y Art Déco con arte griego, gótico, barroco e incluso medieval. Un conjunto de 26 palacetes, 17 chalets y la impresionante fuente de las ranas ( plaza Minzio) entre la Via Salaria y la Via Nomentana. El nombre del barrio viene de su ecléctico arquitecto Gino Coppedè.
Como curiosidad, los Beatles se dieron un baño en esta fuente (con la ropa puesta) después de un concierto suyo en la cercana discoteca Piper.

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Entre la Iglesia Argentina y el Quartiere Coppedè

Roma te sorprende en cada esquina con un rincón inesperado. Es una de las sensaciones que más amo de vivir en la ciudad eterna. Uno va caminando tranquilamente haciendo su recorrido habitual por las calles pero una mínima distracción te lleva a desviarte sin querer y a quedarte extasiado durante varios minutos contemplando alguna obra de arte imponente en un recoveco poco transitado de la ciudad.

Explorando Roma en los últimos tres años tuve la suerte de poder vivir, aunque sea por poco tiempo, en distintos quartieri o barrios de la ciudad: Monti, Colosseo, San Giovanni, Navona, Spagna, Trastevere, Prati, todos tradicionales quartieri romani dentro del centro histórico de Roma.


En esta nueva oportunidad todos los caminos me apuntaron hacia el quartiere Trieste, un barrio residencial, habitado por locales, frecuentado por oficinistas y con poco afluente de turistas, que se encuentra a escasos pasos del enorme parque de Villa Ada. Este gigantesco y salvaje parque es mi oasis preferido y está a tan sólo cinco minutos a pie de la puerta de mi palazzo. Acá en Roma todos los edificios se llaman "palazzi" y es algo que me fascina, ya que el sólo sonido de la palabra me hace sentir como una princesa en un cuento medieval.

Caminando todo a lo largo por Via Po hasta llegar a mi plaza preferida de Roma, la elegante "Piazza Buenos Aires", mayormente conocida como Piazza Quadrata por su característica forma romboidal, y siguiendo por Via Tagliamento, la primera parada obligada es la maravillosa "Chiesa Santa Maria Addolorata" o "Chiesa Nazionale Argentina".

Iglesia dedicada a “Nuestra Señora de los Dolores”, cuya obra fue impulsada por el sacerdote argentino Monseñor José León Gallardo allá en el año 1910 y luego reconocida como Iglesia Nacional Argentina en 1915.

Como hito memorable de la historia de la iglesia en 1998 nuestro adorado Papa Juan Pablo II celebrando la liturgia de la Palabra de Dios entronizó la imagen de nuestra patrona la Virgen de Nuestra Señora del Luján, envuelta en un suntuoso manto celeste y blanco y escoltada por la bandera nacional argentina y la bandera Papal. La Argentina pasa a ser así la primera república americana en tener una iglesia nacional en Roma. Este año se celebraron 100 años del reconocimiento de la iglesia como Iglesia Nacional Argentina. Orgullo nacional aparte.

La bellísima iglesia de diseño románico-bizantino fue construida con el fin de acoger, acompañar y presidir a los fieles argentinos de paso o viviendo en Roma y yo me siento privilegiada de vivir a dos pasos Mi Iglesia Nacional Argentina.

El templo permanece abierto todo el día y el primer domingo del mes se celebra la misa de los argentinos, con el fin de celebrar la pertenencia nacional. La misa es en español y luego todos nos quedamos a charlar y a comer empanaditas con vino tinto.

A unas pocas cuadras de mi majestuoso palazzo y a pasos de la Iglesia Nacional Argentina, siempre en el barrio de Trieste, se abren las puertas a un rincón mágico colmado de ensueño y de historia: el quartiere Coppedè.

Entrar al quartiere Copeddè es como entrar en una fábula encantada. Ranas, una araña gigante, hadas, caballeros, seres mitológicos, un majestuoso candelabro de enormes proporciones, un halo de secretos, misterios y fascinación encierran este escondido pseudo barrio romano.

Hasta llegar a la Iglesia Argentina no parece haber ningún indicio que anticipe la entrada del quartiere Coppedè. El ingreso a este maravilloso rincón escondido es totalmente inesperado. El factor sorpresa provoca un impacto repentino al espectador quien intempestivamente frenará su paso y quedará boquiabierto por algunos minutos contemplando embriagado las sinuosas curvas de un enigmático arco gigantesco que da la bienvenida.

Es muy difícil explicar la sensación al entrar en este sitio especial, parece como si uno pasara a formar parte de un cuento fantástico, de una nueva dimensión, de un mundo paralelo colmado de arte, mitos, fantasía e historia.

El ingreso a este rincón está marcado por un majestuoso candelabro de hierro forjado de diseño barroco de enormes dimensiones. Al apenas atravesar el arco mágico que une dos de las residencias de los embajadores, una cierta fuerza se apodera del ambiente y del espectador. Sin conocer demasiados detalles de la historia que alberga este especie de barrio de elite, que exhibe una mezcla de estilos desde el liberty o art nouveau hasta el art deco con detalles del griego, neo-gótico y barroco e influencias medievales, dejarse arrastrar por la misteriosa atmósfera del entorno parece ser la única opción posible y obligada.

Conocer los detalles de la historia ayuda a seguir viajando en el tiempo. El quartiere Coppedè es un complejo de 26 edificios y 17 chalets situado entre piazza Buenos Aires y vía Tagliamento. El proyecto del barrio fue encargado al ecléctico arquitecto-artista de origen florentino Gino Coppedè (1866-1927) quien le da su nombre. En realidad no se trata de un barrio en el sentido estricto de la palabra pero sí es un rincón aún desconocido por la mayoría y que realmente vale la pena visitar.

La naturaleza se apodera del paisaje y es la principal fuente de inspiración, excéntricas líneas curvas buscan despegarse del rígido estilo tradicional y coexisten con sensuales obras en hierro forjado y representaciones mitológicas. El barrio cobra vida gracias a sus torres florentinas y palacios venecianos decorados con mosaicos y frescos. Decoraciones de hierro forjado imitan notas musicales en uno de los palacios de estilo barroco-romano. Coppedè es a Roma lo que Gaudì a Barcelona. Un artista, un genio.

Adyacente al ingreso se encuentra Piazza Mincio, es la plaza principal del barrio, adornada por la imponente Fontana delle Rane (Fuente de las Ranas), decorada con doce ranas que se asoman en la cima vertiendo chorros de agua traslúcida y sonora que caen cual pequeña cascada en el medio de la ciudad.

Dos de los principales palazzi exhiben todo tipo de ornamentos que llaman fuertemente la atención. El Palazzo del Ragno (Palacio de la Araña), de diseño greco medieval exhibe en la fachada una enorme araña y envuelve una vez más al visitante bajo los efectos fabulescos de este rincón poco transitado del quartiere Trieste.

En frente, el Villino delle Fate o Palacio de las Hadas es característico por su falta de simetría y sus arcos y frescos medievales combinan todo tipo de materiales, mármol, ladrillo, vidrio, travertino, terracota. El aire de fantasía entorno de este lugar ha sido inspiración para varios productores de cine de películas de intriga y misterio.

Mirar hacia arriba y vislumbrar los miles de detalles mitológicos y medievales que decoran las fachadas de los edificios, contemplar una y otra vez las escalinatas que enaltecen los fabulosos portones gigantes, girar en redondo y no poder despegar la vista de los diferentes ornamentos que decoran las fachadas de estos edificios.

Símbolos como el gallo, el dado, la serpiente, aportan casi un espíritu masónico. Surrealismo y dramatismo oscuro rompen con el estilo tradicional de la Roma Papal conocida hasta ese entonces.

De día representa la burguesía de Roma y de noche una Roma misteriosa, lúgubre, grotesca. Este es el efecto Coppedè.

Al mudarme a pocas cuadras de este misterioso cuento de hadas, poco y nada conocía de su historia pero instintivamente percibía el aura mágica que envuelve este recóndito rincón.

Roma me enseña que viajar a través del tiempo es posible y vivir la ciudad eterna es adueñarse de la llave que enciende la máquina del tiempo, es dejarse llevar, es perderse para volver a encontrarse, es dejarse sorprender y embelesar por los recónditos rincones de esta fabulosa ciudad.

En Roma dejamos de ser meros visitantes para pasar a ser viajeros del tiempo.

Merci.

Para leer la entrada en mi blog hacé click acá: 'https://bit.ly/1ih8vwt'

PS: Para los que se quedan con ganas de viajar en el tiempo y dejarse envolver por la magia del Quartiere Coppedé:
'https://www.youtube.com/watch?v=dyzlfkac9ds'
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Información Barrio Coppedè