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Una vez que uno se ha orientado en...
Una vez que uno se ha orientado en Estambul merece la pena dejar, al menos por un día, la guía en casa y alejarse un poco del turístico y glamuroso barrio de Sultanahmet para descubrir la otra cara de Estambul, ésa que de verdad enamora. Son los pescadores del Bósforo, son sus puestos a la orilla del Cuerno de Oro, son los barrios de Kardiga y Kumkapi.
Este histórico barrio se encuentra a tan sólo cinco minutos a pie de Sultanahmet y a pesar -o causa- de que nadie lo ha reformado durante años, conserva su encanto y el ritmo frenético de los turcos, de ese Estambul del que nos decía Espronceda que era la "ciudad del pirata", la ciudad donde todo era posible, la ciudad que nunca dormía.
Desmoronadas casas otomanas, colada tendida por las estrechas calles empedradas, comerciantes vendiendo a gritos sus mercancías, uno de los pescados más frescos de todo Estambul, mercados callejeros, vendedores de sanguijuelas... Todo es posible en Kumpapi, uno de los lugares con más encanto de Estambul.
Un consejo: No vagar por este barrio -si no se conoce- por la noche, ya que la iluminación es casi nula y puede resultar un poco peligroso.
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