Un lugar que recomiendo encarecidamente.
Emplazado junto al parque de Ueno, una de los lugares clave en Tokio, se encuentra este poco conocido barrio.
Se trata de uno de los pocos barrios nipones que aún conserva su estructura típica de casas dos pisos, separadas, con un aire nostálgico. Y es que este barrio es testigo, y superviviente, de la época pre-electrónica de Tokio, superando el gran terremoto de Kanto de 1923 y los bombardeos por parte de los aliados en la 2º Guerra Mundial.
El recorrido que yo escogí (y el que creo más acertado) es coger el metro hasta llegar a la estación de Nippori: nuestro destino. Una vez que bajamos del metro y salimos a pie de calle torcimos a la izquierda dejando a un lado el puente por donde pasan los vagones de metro y el tráfico motorizado. A partir de ahí podéis ir remontando el asfalto hacia Ueno, en un paseo por calles apenas transitadas donde realmente se respira la tranquilidad y sosiego del carácter japonés. Casas bajas con sus respectivos jardines, y separadas entre sí (para la seguridad en caso de seísmo), locales cotidianos de cerámica y demás objetos decorativos... A medida que nos vayamos alejando iremos descubriendo pequeños templos, cementerios, aunque sin duda merece terminar el paseo en el gran cementerio de Yanaka, el cual alberga la sepultura de un shogun del clan Tokugawa entre otros. Un lugar igualmente que debería estar en nuestro paseo, digno de admirar el ambiente de paz que se respira allí, aunque solo sea por advertir lo distinto de la sepultura respecto a lo occidental.
