Begijnhof

Resulta curioso este espacio, en el casco antiguo de Amsterdam, que trata de escapar de la algarabía habitual de esta ciudad holandesa. El Begijnhof, fundado en 1346, tenía como propósito acoger a mujeres católicas, que, aunque no eran religiosas, llevaban una vida similar.

Ninguno de los edificios originales ha sobrevivió a los avatares de la historia, tampoco el diseño de este patio, aunque si podemos ver algunos vestigios. La Capilla, donde la beginas celebraban en la clandestinidad sus ritos religiosos, y que destaca por los vitrales que narran el llamado Milagro de Amsterdam, que se produjo cuando un hombre moribundo fue incapaz de sostener la hostia de la comunión, que cayo al fuego. Al día siguiente la hostia apareció indemne entre las cenizas.

Es un impresionante reducto de tranquilidad y quietud en pleno centro de Amsterdam, a escasos cinco minutos de la plaza Damm. Es fácil que la entrada os pase inadvertida, fijaros en la foto que os bajo con la entrada, podeis acceder desde la calle peatonal Kalverstraat, que está al lado.
Las beguinas eran mujeres católicas y muy piadosas que vivían allí en comunidad, dedicadas a labores sociales. Está datada la construcción de este conjunto arquitectónico en 1389, la Iglesia y su campanario son posteriores, del 1419.
Cuenta la leyenda, que la beguina más famosa, Cornelia Adams, había expresado su interés de ser enterrada en el patio de la Iglesia, no dentro de esta porque había sido profanada por los presbiterianos.

La primera vez que pisé Begijnhof fue por casualidad, ya que al abrir la puerta que conduce hasta este sitio no sabía dónde me estaba adentrando. Sin embargo, tengo que decir que es de mis lugares preferidos de Amsterdam, donde se respira una paz increíble y donde se pueden ver típicas casas holandesas, e incluso a veces a las mujeres que viven en ellas en su puerta o paseando por el recinto. Estuve viviendo un tiempo en Holanda, y cada vez que alguien me visitaba no dudaba en llevarlo hasta aquí, y puedo decir que todos mis amigos coincidieron en la tranquilo y lo bonito que les parecía este enclave

La sensación al adentrarte en este complejo es de paz y tranquilidad, por lo que el visitante lo respeto.
No me voy a parar en contar su historia, porque lo ha hecho perfectamente un viajero anterior, y además con todo lujo de detalles ( gracias).
Dentro de una ciudad tan bulliciosa como es Amsterdam , llama la atención tanta paz .
No puedo dejar de mencionar que el complejo esta decorado principalmente con ornamentos florales.

Cada uno tuvimos sensaciones diferentes al entrar en este barrio y ya nos había pasado en Bélgica. Vale la pena ir un rato.

Parece extraño que en el corazón bullicioso de una capital europea encontremos este lugar, lleno de paz, tranquilidad y silencio.
Es la tercera vez que lo visito y sigue sorprendiendome cada vez......