María Roncero
Situado en el barrio de Manhattan
La decoración de Bemelmans es lo mejor, sientes que estás en otra época, suele haber música en directo de jazz.
Es perfecto para tomar una copa antes o después de cenar. El ambiente es único y las copas y cocktails que sirven son una pasada. El servicio es un poco lento.
El encanto de este bar se paga, para mi gusto un pelín caro, pero merece la pena conocerlo.