Situado en el barrio del Born, justo...
Situado en el barrio del Born, justo detrás del mercado, se encuentra este restaurante. Está regentado por la quinta generación de pescadores, así que podemos intuir que se ha mantenido gracias a la calidad de sus productos.
Ambiente agradable, con un diseño cuidado y todo colocado hasta el más pequeño detalle con mimo y esmero. La decoración mezcla un estilo clásico con detalles modernos (como las lámparas).
La gran cantidad de espejos dan una sensación de amplitud y luz al reflejar la que entra por las ventanas.
Música ambiente suave que acompaña la comida sin sobresalir por encima de las conversaciones.
Mesas amplias y cómodas, mezclando sillas y sofás (en las que están pegadas a los ventales) aunque no es lo más recomendable para comer.
Los camareros son simpáticos y agradables recomendando los platos. Además dan un servicio rápido y atento.
Los platos mezclan entrantes de tartar, carpaccio, croquetas, ensaladas y platos principales de pescado, carnes y pasta. Hay una gran variedad de sushi, sashimi y makis.
De lo que probé, el tartar de salmón esta riquísimo. Los "linguini a nuestra manera" también muy buenos. Y la crema catalana suave. Acompañarlo con una copa de vino blanco.
La cocina de sushi es abierta lo que permite ver su preparación, correcta sin más.
Tiene mesas en el exterior con estufas portátiles, por si os gusta comer al aire libre.
En cuanto al precio, algo caro, pero si pensamos en su localización y en lo cuidado del restaurante puede llegar a compensarse. El precio medio del plato principal son 18-20€.


