Exquisita comida y magnífico trato
Hemos pasado unos días en Viveiro y en un callejón escondido lo encontramos. Comimos pulpo exquisito, almejas con una salsa para mojar un pan rico rico, chipirones y mucho más. Todo regado con un vino blanco de Ribadeo buenísimo. Un bodegón precioso con una calidad suprema y el trato muy familiar, Álvaro nos hizo sentirnos como en casa de hecho ya no quisimos probar ninguno más. Y de precio muy muy asequible. Lo tiene todo.