Entre árboles
Me llamo Guillermo, tengo 24 años y desde antes de tener la capacidad de recordar, pasamos el verano (aunque últimamente también el invierno) en un pueblo costero llamado Claromecó. K'la-Rome-kó es en realidad el nombre original, de origen mapuche, que significa algo así como río de junquillos.
La reserva forestal del pueblo fue el lugar donde de niño, junto a mi familia, pasamos los mejores ratos que recuerdo. Con mi hermano amábamos explorarlo en busca de secretos y armas olvidadas que redescubríamos en ramas que los árboles nos regalaban, echarnos al pasto a descansar y mirar el cielo, buscar algunas variedades de hongos comestibles, ver correr alguna liebre, sentir los ojos de un búho observarnos, un abanico de posibilidades se abría cada vez que nos adentrábamos entre los troncos.