El bosque del amor.
Es un bello paraje de la zona del Paular que, en una tarde de invierno, te ofrece una sosegada tranquilidad. Podría decirse que estás inmerso en un cuento de hadas, pero el entorno no favorece en nada esta idílica impresión. No está debidamente cuidado. Hace falta una limpieza de restos de ramas secas.