Demasiada espera y el servicio pésimo.
Fuimos a comer allí después de estar callejeando por las hermosas calles del pueblo, pues nos pareció bien la relación precio con lo que en el menú se indicaba. La verdad es que la calidad buenisima. Pero el problema es que entramos en el restaurante a las 14:30 y hasta las 15:45 no trajeron nada a la mesa, ni dos de los cubiertos que faltaban, ni las bebidas... fuimos con dos niñas de dos y tres años y a estas tampoco les trajeron nantes nada de comer. Después de terminar con el primer plato, un buen rato mas a esperar el segundo, y con el postre tres cuartos de lo mismo, al final nos presentaron la cuenta sin pedirla y sin preguntarnos si queríamos café.