Esta semana he estado en Cuenca y...
Esta semana he estado en Cuenca y después de pasar una fría mañana de trabajo que nos ha traído esta bajada de temperaturas, buscamos un sitio para tomar algo, alguna tapa y tomar una bebida por el casco histórico pero visto que estaba imposible aparcar, nos dirigimos a la parte alta de la ciudad donde hay aparcamientos y hay siempre sitio, pero que luego da mas pereza bajar.
Disfrutamos de las vistas de las Casas Colgadas, la catedral, etc. Y por la sensación térmica decidimos entrar en el primer sitio que vimos que era este Café del Castillo.
Al entrar, no había nadie, nos dio sensación de limpieza y pensamos que íbamos a pasar un buen rato. Enseguida, nos sacaron la carta para que la viéramos y pidiéramos algo pero inicialmente pedimos solo las bebidas, que por cierto, eran un poco caras, comparadas con los precios de la ciudad, ya que otras veces habíamos estado.
Cuando vimos la carta nos asustamos de los precios de las tostas y las raciones, en fin. Eran prohibitivos y seguro que fue lo que pensaron unos jóvenes de unos 17 años que entraron a ver si podían comer y que se fueron volando. Por cierto, la tapa que nos sacaron de sobrasada, fue demasiado normalita.
La atención por parte del personal fue correcta y sin duda, es un sitio sobrio al que se puede ir en contadas ocasiones. Me gustó sobre todo la decoración del local.
Por otro lado, el baño, no me dio sensación de limpieza y lo vi descuidado.


