Café del Museo

Qué hermosa tarde se pasa en el Museo Larco! Y la cafetería del museo era el lugar perfecto para terminar el día. Es muy difícil creer que existe un lugar es tan relajante en una ciudad tan intensa y vibrante como lo es Lima. El marco es natural y único. Fuera, en los asientos tienen cojines blancos, ondeando la sensación en las piernas de la tela de los manteles blancos, estamos asombrados y encantados con la vista de los jardines. Con un poco de suerte, es un colibrí que le distrae de sus sueños rurales. No hay nada mejor como tomar una chicha morada, la cual es una especialidad peruana, sintiendo una ligera brisa que apenas penetra la cortina de helechos que estaban a las afueras de la cafetería.