una opción para repetir .
Sorprende encontrar un austero restaurante, La Venta en un bonito edificio del siglo XVIII, frente a la bella arquitectura románica de San Martín que con el paso del tiempo han sido testigo de los cambios.
Aprovechado un antiguo edificio para cereal, aquí era seleccionado antes de su comercialización. Inaugurado en 1993 por el Grupo Osborne respetando ese toque de austeridad que le da ese toque. Propiedad de las hermanas Postigo Basáñez cuando lo visite.
No solo es restaurante si no que a su vez es tienda. Un rincón muy exquisito, donde comprar delicatessen en los que destacan los quesos, sobre todo el de oveja boffard.
A la espera de mesa una barra ofrece en la espera, sus vinos y tapas. Y otro lugar es el dedicado a las exposiciones, un lugar de altura sobrada, en el que lucen las vigas de madera acogiendo la exposición.
Nos tocó el turno me encantó, ciertas mesas formadas por trillos antiguo, con pinchos para trillar el terreno castellano.
Fue inevitable no pedir sus variadas ensaladas muy ricas servidas en copas y sus ricas tostas muy variadas que fueron todo un acierto.


