Calatañazor

En el mes de agosto de 1002, y según la tradición, Almanzor murió en Calatañazor y fue sepultado en Medinaceli.

Calatañazor guarda desde el siguo XV un imponente castillo del que actualmente quedan las paredes de la torre del homenaje y una parte de la muralla.

El pueblo fue declarado en 1962 Conjunto Histórico Artístico Nacional.

En la iglesia de N. S. Del Castillo se conserva una talla de la Virgen que antaño ocupaba un lugar de la capilla del castillo. Otra obra de arte del siglo XV es la talla del Cristo del amparo, esculpido en madera y de una sola pieza. En el museo anexo se conservan las confirmaciones de privilegios otorgados a la villa desde el siglo XV y varias pinturas de notable valor.

Recorres las tierras sorianas y de pronto llegas a un pueblecito donde parece que el tiempo ha anidado. De nombre difícil, Calatañazor conserva su arquitectura rural mágicamente intacta desde el medioevo. La aldea, que no tiene más que tres o cuatro cuadras y parece deshabitada, tiene un castillo medio derruido que se asoma a un valle precioso, llamado (cuentan que por el color de las aguas del río que lo recorre) Valle de la Sangre.
Todo en el pueblo es para el recuerdo: Las chimeneas cónicas sobresaliendo de los viejos tejados, los rústicos muros construidos con barro, piedras y toscas maderas,

Al atardecer del pasado 11 de agosto volvía desde Soria a Peñafiel, pensando en detenerme brevemente en el escenario mágico de Calatañazor, para sacar algunas fotos aprovechando la "hora azul". Al llegar nos encontramos con muchos coches aparcados a la entrada del pintoresco pueblecito. Por fin aparqué como pude y al bajar comprobé que la aglomeración casi disuasoria se debía a un concierto que imposibilitaba al acceso al interior. En un momento la combinación de la luz del inminente crepúsculo y los sonidos tradicionales que se escuchaban según avanzábamos tornaron en sorprendente e irreal lo que prometía ser tan sólo agradable.

Para ir a Calatañazor, hay que desviarse de la carretera principal, pero es uno de esos rincones, que se cuentan boca-oreja, y que cuando llegas ves que valía la pena llegar hasta aquí. Manteniendo la estructura de la Edad Media, Calatañazor ofrece mucha información de como se vivía en esa época, así como una preciada gastronomía, artesanías y miel.

Durante mucho tiempo Calatañazor estuvo en mi lista de "lugares deseados" hasta que casi sin planearlo tuve la oportunidad de visitarlo por razones profesionales. Y no defraudó, fue una visita breve y agradable, a primera hora de la mañana para evitar el bullicio que se prevé en un sábado soleado. Con razón ha sido declarado Conjunto Histórico-Artístico Nacional.

Casa museo cocina.
Un viaje en el tiempo de la mano de un lugareño extraordinario llamado Víctor, que nos enseñará la funcionalidad de distintos utensilios medievales y nos dejara sentarnos en una auténtica cocina medieval típica de la zona, llamadas troncocónicas por su característica forma con un origen probablemente Celta. Una experiencia inolvidable.

Pueblo muy bonito y con mucha historia.
Donde el moro al-Mansur perdió el tambor.
Situado en lo alto de una colina y rodeado por inmensos terrenos naturales.
Un buen consejo es llevar prismáticos para desde sus murallas observar el vuelo de los buitres que habitan en la zona.