Los romanos ya hacían uso de los ...
Los romanos ya hacían uso de los beneficios de las aguas termales de Chaves con fines mineromedicinales y para el tratamiento de enfermedades, por lo que bautizaron a la ciudad con el nombre de "Aquae Flaviae". Estas aguas, según los expertos, tienen una composición única en la Península Ibérica, denominándose "hipertermales (brotan a 73º C), bicarbonatadas sódicas, meso-mineralizadas y gaseo-carbónicas", y están indicadas para dolencias del aparato digestivo, reumáticas, musculares y esqueléticas.
Las termas de Chaves se encuentran a orillas del río Támega y son el principal reclamo turístico de la ciudad, y en torno a ellas se aglutina todo un conjunto de ocio y bienestar: Jardines, un área recreativa, zonas de paseo, el club de tenis, hoteles, restaurantes, pubs, las piscinas municipales cubiertas...
El complejo termal consta de 5 edificios de una sola planta dispuestos en torno a un atrio de planta hexagonal, en el que se encuentra una pequeña cafetería, y varios mostradores donde contratar el servicio requerido, que puede ser, tanto de tratamiento médico (con consulta) como simplemente de balneoterapia (antiestrés, masajes...). Entre sus instalaciones tienen varias piscinas y duchas, cabinas de hidromasaje, sauna y baño turco, aerosoles, etc. Curiosamente, estos tratamientos están parcialmente subvencionados por la seguridad social portuguesa (para residentes allí).
Lo que me llamó la atención es que el agua, aparte de ser utilizada para tratamientos corporales externos, también está indicada para beberse. En el exterior del edificio hay una plazoleta ajardinada con bancos para sentarse, restos de un puente romano, la llamada "Buvette" (un edificio con jardines atendido por personal de las termas que ofrecen el agua del manantial para beber), y la "fuente del pueblo" (donde puedes ir con tu vaso y servirte tú mismo, ya que está abierta siempre).
Las termas de Chaves han sido galardonadas con el premio a la Melhor Unidade Termal del año 2002, premio que sigue ostentando en seis años consecutivos. Frente al balneario hay un monumento dedicado a Mario Gonçalves Carneiro, médico y director de las termas, que dedicó su vida a ellas.
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