Noche mágica con Quevedo y Lope
Estamos acabando el recorrido que nos devolverá a la Plaza Mayor, con final de esta pequeña novela desarrollada dentro de una zona singular de una de las ciudades más importantes de Occidente.
La calle del Arenal (conocida vulgarmente por los madrileños como calle Arenal), debe su nombre a que en origen, en época medieval, se utilizó para dejar los restos de tierra de los desmontes que se originaban al construir las calles adyacentes.
Actualmente es una calle comercial, peatonal, donde podrás hacer todas las compras de esos encargos tan latosos que tienes en la cartera.
Hay cosas importantes a destacar en esta calle, referente al ambiente lúdico: tienes dos discotecas de prestigio, Joy Eslava y el Palacio de Gaviria. Yo me decantaría por la primera por su configuración interior, la acústica y el ambiente juvenil; la segunda es un palacio rehabilitado y su arquitectura dificulta una buena distribución para el uso de discoteca.
Referente al ámbito cultural en esta calle está la Iglesia de san Ginés, una de las más antiguas de Madrid. Esta Iglesia ha contemplado durante años los acontecimientos más importantes vividos por esta Villa. Allí fue bautizado Francisco de Quevedo, que, conjuntamente con Lope de Vega, coetáneo amigo y vecino de la zona, son dos de los poetas y dramaturgos más importantes del siglo XVI, Siglo de Oro de las letras hispánicas. Dicen algunos que si paseas por la noche antes de llegar el alba puedes cruzarte con ambos y discutir de literatura o de política.
Los dos son muy aficionados al diálogo y la tertulia, y, si eres mujer, ten cuidado: los dos en su juventud eran grandes conquistadores.
Si estás de madrugada por la zona invítales, en el pasadizo de San Ginés, al lado de la iglesia, al mejor chocolate con churros de Madrid. Seguro que te escribirán una hermosa poesía que te llevarás a tu tierra del imborrable recuerdo de este “singular encuentro”.


