Calle que parece enmarcada en un cuadro
Acabábamos de pasar por el Monumento a las Tres Culturas y subiendo nos encontramos con un arco de medio punto realizado en ladrillos el que, cual marco de cuadro, nos deja entrever las blancas casas, sus floridos balcones y puertas y el cielo color pizarra contra el verde brillante de la sierra. Avanzamos por sus prolijas, bien empedradas y solitarias calzadas, con sus faroles típicos, algunas puertas azules, como la de la Casa de los Arcos en el nº 20, un solitario banco de madera que invita al descanso y nos asomamos por una baranda para ver abajo una plazoleta con sus maceteros, granadas de jardín, jazmines, palmeras pequeñas, alegrías del hogar, vincas y un abigarrado helecho plumoso de esos que se usan en las florerías para preparar finos ramos.
![](https://images.mnstatic.com/24/c2/24c21a9b6d3901a04439f323db2a4d6a.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
![](https://images.mnstatic.com/78/72/7872d4e6711b1a7af4b6810b11c9acd4.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)
![](https://images.mnstatic.com/6e/5b/6e5bd07752e562b1b78475e2e9d44fc5.jpg?quality=75&format=png&fit=crop&width=65&height=65&aspect_ratio=65%3A65)