Ciudad bellísima
Hiroshima, una ciudad cuya belleza ha quedado un poco eclipsada por ser “el lugar donde cayó la bomba atómica”, es una de las ciudades más bellas de Japón. Recorrer esta hermosa ciudad nos mueve sentimientos.
Llena de parques conmemorativos al horror vivido en 1945, cada uno de sus monumentos narra una historia, hermosa cada una por sí misma. La imaginación vuela al llegar aquí e indagar qué fue lo que paso en este lugar. Ese es su misticismo.
Todos hablan de la ciudad, pero, sus callejones son de una belleza indescriptible, puedes perderte dentro de ellos por horas y verte desorientado será lo mejor que te pueda pasar, será un momento de angustia-relax en donde veras una Hiroshima diferente y extraordinaria, cosa que muy pocos turistas pueden experimentar, pues, los callejones de Hiroshima son mayormente conocidos por locales, si tienes la oportunidad de conocer uno de estos aprovéchala, es una oportunidad única.
Las tiendas locales se alinean en un estrecho camino que te dará paz.
Con cafeterías, restaurantes, tiendas de recuerdos y hoteles la magnificencia de los callejones de Hiroshima no pierde su encanto, pues encaja perfectamente en armonía una tienda con otra.
Veras a locales pasearse en sus bicicletas, yendo de un lugar a otro llevados por la corriente de gente. ¡Ver tantas bicicletas en un solo lugar es un espectáculo!
De noche ¡uff! Sus luces neón y letreros le dan el plus que tus ojos estaban esperando, quedas petrificado ante ese show para tu retina. Platica con locales, te contaran cosas fascinantes, métete en las pequeñas tiendas, explora la gastronomía que los callejones de Hiroshima te ofrece, desde el famoso okonomiyaki hasta un riquísimo ramen.