Señorial Aguilar
Tierra de viñas y olivares, ceñida por el río Cabra, que deja a su paso buenos frutos hortelanos, Aguilar conserva como pocas villas en Córdoba ese sabor auténtico andaluz de blancas calles jalonadas por numerosas casas señoriales, muestra de su antiguo esplendor.
Aparte de multitud de edificios religiosos de gran interés, Aguilar cuenta con algunas construcciones civiles que llaman la atención de todo aquel, que como yo, pasa por allí. Probablemente no existe en toda Andalucía un conjunto urbano y de arquitectura popular tan gentil, tan armonioso tan discretamente perfecto como la plaza Octogonal de San José, trazada en 1810, con sus cuatro puertas en forma de arco y la blancura de sus muros encalados, "rara avis" en la arquitectura civil española.