Calles de Malinas

Malinas no es una de las ciudades más conocidas de Bélgica. Sin embargo, bien merece una visita. Pasear por su centro histórico es un ejercicio muy recomendable para todo aquel que quiera desconectar. Además, al ser atravesada por el río, la ciudad adquiere un encanto especial. Recuerda mucho a las vecinas ciudades holandesas atravesadas por canales.
Sobre todo, en días soleados, otra de las cosas imprescindibles para hacer en Malinas es sentarse en alguna de las muchas terrazas que hay puestas en las calles y tomarse algo disfrutando de esta tranquila ciudad.

Malinas es lo que puede esperarse de una ciudad de Flandes. Calles encantadoras, de arquitectura gremial, una plaza que te deja sin habla, un paseo junto al río y muchos muchos rincones por los que perderse.

Este año fue la primera vez que la visité y quedé realmente enamorado de poder pasear por sus calles o acabar tomando algo junto al mercado central en plena plaza.