Calles del viejo Lille

Esta catedral es uno de los monumentos más famosos y típicos del barrio el « Vieux Lille ».
« Notre Dame de la Treille » es una catedral para los católicos, construida en un estilo neogótico. Su construcción comenzó en 1854 y se acabó en 1999, dos arquitectos (Charles Leroy y Pierre-Louis Carlier) hacían los planos.
En esta época, los habitantes de la ciudad querían construir la iglesia más perfecta y suntuosa en el estilo neogótico.
La catedral se llama así porque antes había un dominio vitícola llamado “Treola” situado cerca de Lille el cual dio su nombre a la estatua de la Santísima Virgen datando del siglo 12, que estaba y que todavía está dentro de la catedral. De manera rápida, su fachada parece muy moderna.

El Vieux-Lille es la parte más antigua de la ciudad, que puedes visitar saliendo de la estación de Lille Flandres. La mayor parte de estas viejas calles son peatonales, con la zona norte que es la parte más conservada tal y como era antes.

Hasta la primera guerra mundial, el viejo Lille incluía toda la parte del centro antes de la ampliación de 1858, es decir la parte entre el bulevar Louis XIV y el bulevar de la libertad.

Puedes perderte en estas calles, que ahora están llenas de restaurantes, bares y tiendas. Pero mira un poco más las fachadas, algunas son del siglo XVII, cuando el general militar Vauban decidió de un nuevo plan urbanístico para la ciudad medieval. Las fachadas tienen detalles de personajes de la mitología griega, arriba de las ventanas o para mantener los balcones.

Está en la calle “Vieux murs”, cerca de la plaza “aux oignons”. Este
restaurante es atípico. Abrió en 2007. En 2008, creía su propio cerveza,
“les 7 péchés”.
Parece un poco antiguo, del principio del siglo XX, a causa de su
interiorismo, su barra, su vajilla. Está abierto de lunes a domingo para
el almuerzo y la cena. Encuentra sólo platos típicos del Norte de Francia
como mousse de speculoos, Potjevleesch (un plato compuesto de
diferentes carnes), carbonnades flamandes, fricandelle…
Durante la jornada, podemos tomar un chocolate a la taza con chantillí,
un café, comer una excelente gofre, helados, una crepe… Es acogedor,
las camareras están alegres. Pero es muy pequeño, por eso, acuérdese
de reservar.

El viejo Lille es sin duda uno de los barrios más bonitos de la ciudad. Siempre se me olvida el nombre de las tiendas, pero allí comí un delicioso pastel de queso en una pastelería que está justo a la entrada del barrio (por el lado de la Grand Place), y también hay una tienda que vende accesorios y objetos muy divertidos, como cepillos de colores, etc. Se encuentra a la izquierda cuando subimos de la Grand Place. Intentaré acordarme de los nombres.

Detalle de las fachadas de los edificios típicos de estilo flamenco.