Câmara de Lobos

Quien haya tenido la suerte de visitar Madeira y antes o después, haber estado en Tenerife o La Palma, encontrará similitudes y parecidos a cada momento, no en vano las tres pertenecen a la Macaronesia, con una geología y orografía prácticamente idénticas, aún estando situadas en medio del mar y alejadas las unas de la otras en la distancia, que no en las costumbres.
Y eso se ve por ejmplo en lugares como Câmara de Lobos, un lugar que podría pertenecer perfectamente al norte de las dos Islas Canarias, tanto por lo agreste del paisaje montañoso que la rodea como por la forma de los ríscos que la protegen de los embates del mar.

Coger un coche y perderse por la isla de Madeira es, de por sí, uno de los mejores rincones que se pueden incluir en Minube pero, si estos vagabundeos por la isla terminan en este pueblo de pescadores a última hora de la tarde, justo cuando el sol se pone, puede que esta parada se convierta en uno de los mejores recuerdos que te lleves de vuelta a España cuando abandones la isla.

Y es que, disfrutar de una espetada de pez espada con un sabroso vino de Madeira en un restaurante con vistas a la pequeña bahía, tiene algo de profana tradición cuando se trata de este histórico destino.

Si

Hubo un tiempo en que Madeira estaba llena de puertos pesqueros, pero poco a poco han ido desapareciendo.

Camara de Lobos sobrevive y con muy buena salud, porque mantiene todo el encanto pintoresco que se presupone a una bahía de barcas de colores y pescadores que se pasan las tardes al sol jugando a las cartas cuando no están faenando. Tiene su puntito turístico, claro, pero es muy agradable de pasear y de recorrer. Sin duda un punto imprescindible en Madeira.

Para mi fue la gran sorpresa de mi visita a Madeira. No tenía referencias de este lugar y me topé con él por su gran cercanía a Funchal. Si de día fue espectacular contemplar los acantilados desde su paseo marítimo el atardecer fue sencillamente mágico y más acompañado por mi familia. Las casas parecían estar suspendidas en el aire de forma casi milagrosa. Por un momento pensé en las islas griegas. El encanto de la zona del puerto está en la alegría con la que el pueblo había adornado con material reciclado sus calles para vivir su fiesta de San Pedro. Decidimos quedarnos a cenar por allí y no

Câmara dos Lobos es un precioso pueblo pesquero de Maderia, una villa marinera en toda regla en la que todas las esquinas guardan olor a sal. No te pierdas su bahía llena de barquitos y botes de madera. Los hay de mil tamaños y colores, para todos los gustos.

Si como yo pasas por allí después de comer probablemente encuentres un montón de abuelitos jugando la partida. Lo hacen al aire libre, junto a unas mesas de piedra situadas junto al mar, ajenos al ajetreo de turistas que entran y salen de las tiendas de souvenirs. Ahora, a qué juegan exáctamente no sabría decirlo. Si quieres saberlo

Se dice que Cámara de Lobos recibe este nombre porque en su día había lobos marinos en esta pequeña bahía. Hoy por hoy aún quedan algunos en las Islas Salvajes cercanas, pero Cámara de Lobos sigue siendo ese pueblo marinero con el encanto de antaño donde la anciana población mantiene sus costumbres, sus cartas y su poncha.

Si alguien viene a Madeira, no puede irse sin conocer uno de los pueblos más pintorescos.