Dónde vamos Eva
Descanso para el espíritu
Dejo el coche en el aparcamiento bien abajo, decido disfrutar caminando de esta mágica montaña, llegar a su monasterio, a su lugar emblemático, pero un camino me hace desviarme.
Mientras camino solo escucho el sonido del aire que mece los árboles, los pájaros entonan canciones que anuncian la ansiada primavera y abajo, la civilización se siente lejana.
Mis pies caminan despacio, no hay prisa, el camino es largo, cómodo, bello y cargado de curiosidad. A cada paso me topo con exvotos, imágenes en azulejo de los pueblos de Cataluña que veneran a Montserrat, figuras oníricas que no logro comprender, al igual que el nombre de este camino : Els Degollats (los degollados).
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