Camping Deva

El camping Deva está muy cerquita de la ciudad de Gijón, en Deva (a unos 3-5km dirección Santander, está bastante bien indicado). Este camping es muy grande (cuenta con más de 300 parcelas), y no le falta detalle.
A destacar el servicio de restaurante, que por solo 8,5€ ofrece un menú estupendo, pero además cuenta con una bonita terraza y barbacoa al aire libre para el verano, piscina, parque infantil, campo de fútbol, tenis y básquet, merendero, 3 baños muy grandes (con todo lo necesario, incluido servicio de lavandería), ludoteca, ciber,….En fin , uno de los campings más completos que he visto y en un lugar precioso.

Increíble si quieres desconectar del bullicio de la cuidad y disfrutar de la naturaleza, un entorno de ensueño en pleno contacto con la naturaleza, en mi caso viajo con niños y las cabañas de madera son un lugar fascinante para ellos, mis hijas querían quedarse allí más noches, para ellos es algo fuera de lo común disfrutamos en familia mil veces más que en un hotel con todos los lujos posibles. El trato de 100 y el entorno no podía ser mejor.

Porque esa fué casi la hora que empezamos a comer. Habiendo reservado con unos días de antelación el menú que íbamos a comer resulta que como fuimos los últimos monos y nos sentaron tarde, mal y nunca, encima de eso se les había terminado casi todo lo que teniamos pedido: Los que pidieron fabada, debían estar buscando las latas de Litoral por toda la comarca, ya que del primero al último hubo una diferencia de media hora.
Los que pedimos salpicón de marisco recibimos un plato de vinagreta recién sacada del frigo. La pena fué que no lleve càmara de fotos para que vieran el marisco que llevaba, aunque tendría que ser de alta precisión para que pudieran apreciar el gramo y medio de palito de cangrejo que me tocó.

Estuve hace poco comiendo con mi novia en el merendero. Nos dijeron que sólo nos servían allí porque los comedores estaban llenos. ¡Nos tuvimos que servir nosotros: llevar los platos y los cubiertos de la barra a la mesa! La primera vez que lo veo en mi vida. Y eso que el precio era para que te hubieran servido tres camareros. La comida mejor olvidar: una parrillada de carne en la que la mitad era incomestible. Suelas de zapato. Se fueron a la basura. Lo que era abundante era el número de moscas (debía haber basura por allí cerca, porque si no, no lo entiendo). Y para rematarlo tenían música excesivamente alta en altavoces cutres que sonaban fatal.

El otro día fuimos con unos amigos a picar algo y el pollo no sé como se atrevieron a sacarlo, después de frito todavía olía y sabía mal.

Se lo dijimos al camarero, pero nos cobró igual, la ración allí quedo entera para tirar.

Camping muy cómodo y con buenas instalaciones.