manuel martinez rico
Un lugar muy tranquilo rodeado de montañas y naturaleza.
Estuvimos tres días disfrutando de la naturaleza, de la pequeña piscina que tiene la casa, de la comida casera y de la atención continúa que te ofrece su dueño David.
La casa sólo tiene tres habitaciones por lo que la tranquilidad está garantizada.
Además como la casa está a 15 ó 20 minutos del pueblo por una pista forestal, estás casi obligado a cenar arriba con el resto de huéspedes en una gran mesa. Por ello, al final se convierte en una gran familia que comparte la casa y la cena, contando la excursión que han hecho ese día y en ocasiones lo divino y lo humano
Por mi parte muy recomendable
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