La pequeña sixtina.
Para los fiorentinos, la "Brancacci", es su capilla sixtina. Y no les falta razón. A escasos cinco minutos, a pié del Ponte Vecchio y dentro de la iglesia de Santa María del Carmine, se encuentra ésta pequeña Cappella donde Masolino da Pinacale, Masaccio y finalmente Filippino Lippi, tomando sus paredes a modo de un gran lienzo, pintaron escenas de la vida de San Pedro. No fue hasta 1980, cuando retirando viejas capas de barnices "al huevo", que habían producido moho y veladuras por el humo de las velas, se pudo apreciar la intensidad de los trabajos de Masolino y Masaccio.
Ahí están, la serenidad de la Tentación de Adán contra la desesperación por la expulsión de ambos, del Paraíso Terrenal. Y sobre todo,la limpieza puso al descubierto su perfecto sentido de la la perspectiva y el claroscuro en las escenas de los milagros del Santo, su encarcelamiento y posterior crucifixión, cabeza abajo.