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Caravasar de Tash Rabat

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Ruta de la Seda

Tash Rabat es uno de esos sitios perdidos, remotos, y sorprendemente con mucha historia. Se cree que fue construido en el s.XV en la antigua ruta comercial entre Asia Central y China, y fue lugar de descanso para los comerciantes, embajadores, viajeros y peregrinos.
No es fácil llegar hasta allí... al final de un angosto valle, a 3.500 m. de altura, cerca de la frontera china de Torugat y al pie de las laderas de las estribaciones de la cordillera del Tian Shan, encontramos esta construcción. Dicen que es la más grande, construida en piedra, de esta época, en toda Asica Central.
Sólida, muy simétrica, con una gran sala coronada en cúpula, y aún restos de estucos y decoración que recuerdan a las mezquitas persas. También restos de alguna fiesta de los jóvenes nómadas que por allí campan...

Hay un par de campamentos de yurtas para los viajeros, donde pasar una o (mejor) dos noches. Uno de ellos, al pie mismo del caravanserai, aunque nosotros estuvimos en uno regentado por una pareja de rusos y su hijo adolescente, muy agradables, que está después de la siguiente curva, saliendo del valle (no tiene pérdida :-)).
El campamento constaba de unas 6 yurtas con capacidad para 8 personas, con tarimas para dormir y estufa para las noches, una de ellas comedor... y aparte una caravana antigua donde ellos duermen y tienen la cocina. De hecho, puedes alojarte con "pensión completa" y la comida estaba muy buena. Además, y es un gran aliciente, justo al lado del río tienen una sauna rusa casera... tened en cuenta que por aquí no hay ningún tipo de baño, sólo el río, y esta es una excelente opción!!! Con una especie de chabola, dividida dentro en una antesala para desnudarte, y la sauna en cuestión, manteniendo el fuego y las piedras calientes, te "azotas" con unas ramas aromáticas, los poros se abren... una delicia, !!! y los valientes, por supuesto, pueden salir corriendo en pelotas a bañarse en el río, para volver y conseguir ese contraste de temperaturas que por lo visto es muy sano (no, yo fui cobarde).
Recuerdo que coincidimos con un grupo de franceses... el más joven tenía 70 y pico años, y el mayor algunos más de 80. Sí, hasta allí llegaron, a esa altura. Está claro, no hay edad para viajar :-)
En fin que fueron unos días muy agradables, y que el sitio merece mucho la pena por el paisaje, la tranquilidad, lo silencioso..
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Información Caravasar de Tash Rabat