Tal como dijese en otro rincón el Modernismo en Vilafranca es todo un lujo imposible de perder.
Este Palacio que ocupan en la actualidad el Ayuntamiento y el Patronato de Comercio y Turismo de Vilafranca fue construido en estilo gótico hacia finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, cuando aún Vilafranca pertenecía a la corona de Aragón que marca el origen de esta Vila y su propietario habría sido (aparentemente) el Sr. Bernat Pellicer. Si bien es cierto el edificio no conserva la apariencia original pues se le hicieran con posterioridad numerosas modificaciones acordes a las necesidades y gustos de la época, aún puede verse en la misma el escudo de la Corona de Aragón. Para entonces los arquitectos de renombre como Santiago Güell i Grau, Eugeni Campllonch i Parès y Antoni Pons i Domínguez, aunque los dos primeros fueron los “arquitectos más prolíficos del modernismo catalán” y son los que concentran “casi en exclusividad la producción arquitectónica de la villa”.
Corría el año 1559 cuando el Consejo Municipal de Vilafranca adquiere este edificio para ocuparlo como sede del Ayuntamiento. El reloj modernista que podemos ver en el segundo piso de su fachada se destaca por los ornamentos típicos de esa época como las guirnaldas de frutas y flores, que predominaron fuertemente por sobre lo funcional del edificio y “puede ser considerada como un precedente inmediato del surrealismo”. Realmente llamativas resultan las farolas de cinco luces en balcones de la planta alta y los ornatos de las bohardillas de la segunda.
Es de destacar también que la Casa de España en Buenos Aires fue realizada por este mismo arquitecto.
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