A casa dos bicos y su historia
Situada a las puertas de Alfama, mirando el estuario del Tajo y muy cerca de la Plaza del Comercio, la Casa dos Bicos lisboeta sorprende por su curiosa fachada decorada en piedra esculpida en forma de pirámides, como si fueran puntas de diamante, de ahí el nombre de Casa dos Bicos.
Fue mandada construir en 1523 por Bras de Albuquerque, hijo natural del conquistador y primer virrey de la India Afonso de Albuquerque. Su estilo tiene influencia en los palacetes italianos de la época, y quería demostrar la riqueza del periodo de los descubrimientos. Tuvo que ser muy importante pues aparece en todos los azulejos y grabados de Lisboa de los siglos XVI y XVII.
En mi infancia lisboeta la recuerdo como un edificio sucio y viejo, convertido en una reliquia de su glorioso pasado. Pero en 1983 se celebró en Lisboa una exposición sobre la epopeya de los descubrimientos y la casa dos bicos fue elegida como un pabellón de la exposición. Por ese motivo se reconstruyó, siguiendo el modelo exacto de las imágenes del puerto anteriores al terremoto, y como el arquitecto quería que se viera que era una reconstrucción, hizo la fachada posterior de la parte nueva en cristal, aunque no se nota mucho pues da a una calle estrecha y oscura.
Al principio me resultaba un poco chocante, pues había demasiado contraste entre la parte antigua, sucia y erosionada y la parte nueva, flamante. A lo largo de estos 30 años el tiempo, la lluvia y el viento se han encargado de igualarlo todo y ahora la casa dos bicos se ve como en sus antiguos tiempos.
Aunque la plaza conserva algunos edificios un poco decadentes, típicos de la Lisboa castiza, todo el conjunto está ahora muy arreglado y bonito, hay un restaurante con una amplia terraza al lado y la plaza se llena del sabor popular durante el mes de junio por ocasión de los santos populares y muy especialmente la noche del día 12, para celebrar San Antonio el patrón de la ciudad. Creo que se va a convertir en la Sede de la fundación José Saramago.