Como en casa
Un alojamiento estupendo. Quisimos aprovechar el día que entrábamos hasta el final y llamamos a Elena, la que lleva la casa, para avisarla y sin problema. La habitación estupenda y preciosa, calentita y agradable. Los desayunos geniales, deliciosos y muy completos: leche, café, colacao.. (Lo que te apetezca), zumo natural, algo de fruta, algo salado (un sándwich el primer día y unas tostadas con tomate y jamón Serrano el segundo), algo dulce (bizcocho casero un día y un bollo tipo media noche grande con chocolate el segundo) y luego tostaditas de pan reciente con mantequilla y mermelada.. Un súper desayuno, vamos, con opción de repetir si aún así te has quedado con hambre...