Localización perfecta.
De 10. Hemos pasado un fin de semana genial en el hotel. Nos ha encantado y lo recomendamos. Limpieza buena, trato recibido muy bueno, habitación muy cómoda, desayuno de pecado (todo artesanal), por no contar el encanto que tiene la historia del sitio, es como dormir en un museo. Única pega el olor a antiguo de la habitación nada más llegar. Si volvemos repetimos seguro.