Una escapada especial
He pasado unos días en la Granja santa Eufemia, sitio único y especial donde los haya....los siglos no han borrado su aire monacal...el silencio y la paz se acompañan con la belleza de los campos y montañas que la rodean.
He tenido la experiencia de subir por un camino de chopos y al llegar a la entrada nada mas traspasar las "puertas verdes" la magia se installa y uno ya no quieres marcharse.
La amabilidad y el buen hacer de sus propietarios te conquista con la sonrisa y el talante alegre.
Un placer inolvidable: mirar la espadaña de la iglesia desde la ventana de la casa del Pastor, antes de ir a dormir....desde cualquier lugar te sientes acogida por la historia particular del sitio. Aconsejo a todos mis amigos...unos días en la granja para enamorarse de ella.